Yolanda Marshall es una superviviente que está aprendiendo que una comunidad sanitaria de apoyo puede cambiar tu mente, tu cuerpo y tu vida. Para Yolanda, las enfermedades cardiacas le han causado varios infartos, cada uno de ellos con un importante coste físico y emocional. Sin embargo, con la ayuda de un nuevo proveedor de atención sanitaria y el apoyo de terapeutas y navegadores de pacientes, es capaz de tomar mejores decisiones sanitarias y vivir su vida al máximo.
«En cuanto llegué a la Comunidad de la Esperanza, me resultó familiar», recuerda Yolanda. «Conocí a los médicos y a las enfermeras, y eran muy amables y muy simpáticos». Aquí, Yolanda se puso en contacto con su enfermera especializada, Akite Daniel, a quien Yolanda atribuye el mérito de haberla ayudado a recuperar su salud y a controlar su enfermedad. Después de años de padecer enfermedades cardiacas, siente que es la primera vez que un médico se preocupa por ella como persona y dedica tiempo a explicarle cambios saludables para incorporar a su vida diaria.
Un gran cambio es la gestión de su medicación. Yolanda ha tomado muchos medicamentos a lo largo de los años y admite que olvida cuál ha tomado ese día y cuál no. Ella y Akite trabajaron juntas en un plan para facilitar el control y el cumplimiento de su régimen diario de medicación. Ahora, además, Yolanda cuenta con un navegador de pacientes que la llama entre visita y visita para comprobar cualquier necesidad que pueda tener.
Cuando Yolanda empezó a trabajar en su salud física, también fue remitida a un consejero para trabajar en su bienestar emocional. » Lo que la gente no sabe es que cuando sufres ataques al corazón devastadores, empiezas a tener problemas mentales», dice Yolanda. A través de Akite, se puso en contacto con su terapeuta de la Comunidad de la Esperanza, Renata Powell.
Yolanda agradece disponer de un espacio para trabajar sus complejos sentimientos tras los infartos, ya que recuperarse puede ser abrumador al intentar comprender lo que ha pasado y lo que viene después. «La señorita Renata me deja llorar, maldecir y gritar si lo necesito, pero nunca tengo que preocuparme por sentirme juzgada o maltratada», dice Yolanda.
Hoy, Yolanda está orgullosa de sí misma y de los progresos que está haciendo, y también lo están los miembros de su comunidad sanitaria. Akite afirma: «Ha sido un placer ver cómo la Sra. Marshall se hacía cargo de su salud y superaba algunos retos reales. Ha aprendido mucho sobre cómo gestionar sus dolencias y estoy realmente impresionado por los progresos que ha hecho.»
Con el apoyo de su nueva comunidad sanitaria, Yolanda siente que empieza un nuevo capítulo en su vida.
«Ahora mismo, se supone que estoy muerta, pero ahora tengo ayuda para poner en orden mis números de [blood pressure] «, dice Yolanda. «Marca la diferencia tener un médico que se preocupa de verdad por mí y no lo cambiaría por nada del mundo».