Los jóvenes que sufren traumas, incluidos los malos tratos o el abandono, corren un mayor riesgo de padecer a largo plazo problemas emocionales, de comportamiento y de salud física, entre otros. Sherry Williams, madre y superviviente, conoce muy bien los traumas, pero a pesar de haber crecido en un hogar de acogida, de haber vivido sin hogar, de haber sufrido adicciones y de haber superado abusos físicos, mentales y emocionales desde una edad temprana, Sherry se mantiene firme hoy como una mujer reconstruida sobre la esperanza.
Durante su infancia, la madre de Sherry padecía un trastorno por consumo de sustancias, lo que obligó a Sherry y a sus hermanos a crecer en hogares de grupo y de acogida. Sherry, la menor de la familia, perdió el sentido de la vida cuando sus hermanas y hermanos empezaron a dejar sus hogares de acogida. A los diecisiete años, los años de abandono fueron demasiado, y Sherry empezó a consumir drogas y más tarde se quedó embarazada de su primer hijo. Poco después de dar a luz, Sherry entró y salió de la cárcel. » Tardé un tiempo; estuve en la cárcel 5 ó 6 veces… antes de darme cuenta de que valía algo», dice Sherry.
En 1988, Sherry se encontró recogiendo los pedazos de su vida y buscando ayuda; fue entonces cuando conoció Community of Hope. Laura Worby, entonces enfermera especializada de nuestro equipo de salud, empezó a hacer visitas a domicilio para proporcionar atención integral a Sherry y sus hijos, uno de los capítulos más enriquecedores de su vida. «Ni siquiera podía ir al dentista por tantas agresiones sexuales; no podía hacer que me trabajaran la boca porque he pasado por muchas cosas», dice Sherry. «Laura y Comunidad de Esperanza me enseñaron mucho. Después de encontrar Community of Hope, mi vida empezó a cambiar y sigue cambiando.»
Sherry recorrió un largo camino desde la infancia que la dejó traumatizada, pero su viaje de restauración no había terminado. En 2011, debido a circunstancias desafortunadas, Sherry y sus 5 hijos perdieron su vivienda, pero Community of Hope pudo proporcionarles una vivienda de apoyo permanente. «La vivienda de apoyo permanente me ayudó en todo lo que necesité», dice Sherry. «La Comunidad de la Esperanza me ha ayudado a mí y a mis hijos a crecer. Dos de mis hijos están ahora en la academia de peluquería».
En los últimos años, con la ayuda de Community of Hope, Sherry ha mejorado notablemente su salud. Gracias a la educación sanitaria y la atención de calidad de Community of Hope, Sherry ha adoptado un estilo de vida más sano y ya no necesita inyectarse insulina para su diabetes.
Hoy en día, Sherry está terminando sus estudios para convertirse en consejera de adicciones y le va mejor que nunca. Su gratitud por el apoyo que ha recibido de la Comunidad de la Esperanza la ha motivado a devolverlo. «Quiero convertirme en consejera de adicciones porque quiero ayudar a alguien, a alguien que haya pasado por lo mismo que yo. Quiero devolver algo y ahora creo que puedo hacerlo», dice Sherry. «Quiero que las personas que me ayudaron sepan que salvaron mi vida y la de mis hijos. Les estoy agradecida».