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La llamada telefónica

La llamada telefónica

Sherri tuvo a su primera hija cuando aún estaba en el instituto, y tuvo 4 hijos a los 23 años. A pesar de su juventud, Sherri estaba decidida a cuidar de sus hijos. «Tener a mi hija mayor… te pone en el buen camino». Tuvo varios trabajos durante su infancia y descubrió que le gustaba mucho ayudar a personas con discapacidad intelectual. Ascendió en su carrera y llegó a trabajar como Directora Residencial para familias que apoyaban a seres queridos con discapacidad intelectual.

El 25 de junio de 2015, Sherri recibió una llamada telefónica y experimentó ese miedo inimaginable que todos los padres temen: su hijo de 21 años había sido asesinado a tiros.

Sherri cayó en un profundo estado de dolor y empezó a faltar mucho al trabajo, por lo que la despidieron. Sin ahorros ni apoyo emocional, Sherri fue desahuciada de su casa y empezó a vivir con amigos y familiares. Por aquel entonces, se convirtió en auxiliar de asistencia sanitaria a domicilio para una persona con discapacidad intelectual y acabó instalándose en una casa vacía que pertenecía a un conocido. Sherri vivió en este lugar, con electricidad pero sin agua corriente, durante casi dos años: se duchaba y cocinaba en casa de su cliente laboral.

El 19 de octubre de 2018, recibió una segunda llamada inimaginable: su hija mayor murió inesperadamente de insuficiencia cardíaca congestiva. Esta vez la noticia incluía la realidad de que tres de sus nietos necesitarían inmediatamente su amor y protección.

Sherri se dio cuenta de que ya no podía seguir llevando la vida que llevaba. «Cuando era sólo yo, estaba bien. No era genial, pero era sólo yo… No podía dejar que eso pasara con mis nietos». Ingresó en un centro de acogida y trabajó con el sistema judicial y otros familiares para llegar a un acuerdo sobre la custodia de sus nietos. Sherri se convirtió en la principal cuidadora de su nieta de 12 años, que padece una enfermedad pulmonar crónica y asma, afección que comparte con ella.

El 9 de abril de 2019 Sherri recibió otra llamada telefónica. esta vez con buenas noticias. Le habían aprobado un bono de Vivienda de Apoyo Permanente (PSH) en el TRIO, un nuevo complejo de apartamentos desarrollado y gestionado por Horning Brothers con Community of Hope que ofrece atención a familias que salen de la situación de sin hogar. El programa PSH ayuda a las familias que han sufrido un desamparo crónico a encontrar y mantener una vivienda permanente mediante la gestión intensiva de casos, ayudas al alquiler y atención especializada a niños y jóvenes.

Sherri se trasladó al TRIO en agosto de 2021. Estaba abrumada por la gratitud de tener una casa que no tenía que dejar y encantada con el espacio para cocinar, y lo más importante, estaba emocionada de tener una lavadora y secadora en la unidad. «Estar aquí… es impresionante. Es como un alivio. Mi mayor temor es volver a quedarme sin hogar. ¿Conseguir un local a estrenar? Es simplemente maravilloso».

Sherri disfruta de las visitas con su gestora de casos, LaTaundra. LaTaundra comparte: «Los clientes se sienten angustiados, como si esto pareciera demasiado bueno para ser verdad o qué pasa si les quitan el vale… el apoyo del asistente social es importante porque ayuda en la transición, para que los clientes no estén solos».

Sherri está de acuerdo con ella – «Puedo llamarla y ella conoce las respuestas, o si no las conoce, las obtendrá rápidamente. Tenerla… me encanta. Siempre es tan comprensiva y su actitud siempre es tan agradable. No se irrita… si lo hace, no lo demuestra». dice riendo.

El programa PSH de Community of Hope ofrece algo más que una vivienda. Creemos en un enfoque holístico que se centre en todas las áreas de la vida de las familias, lo que incluye proporcionarles las herramientas que necesitan para centrarse en sus objetivos vitales. Esto podría incluir aspectos como la gestión de casos orientada a la consecución de objetivos, la conexión con el empleo, el apoyo a los niños con dificultades escolares o vitales, el emparejamiento de los jóvenes con mentores y el acceso a otros recursos comunitarios.

Sherri está deseando volver a trabajar con personas con discapacidad intelectual, o quizá incluso trabajar ella misma en un albergue para personas sin hogar. Cuando se le preguntó si Community of Hope había colmado una esperanza para ella, dijo: «No tengo que volver a preocuparme por la vivienda. Sólo saber que no tengo que preocuparme por eso me quita mucho peso de encima».

Para más información sobre cómo apoyar programas como éste, visite https://www.communityofhopedc.org/donate.

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