Adyba encontró la curación en la Comunidad de la Esperanza tras huir de Afganistán en agosto de 2021.
Escapar de su país de origen no fue un viaje fácil. Viajando sola, estuvo seis días atrapada en el aeropuerto de Kabul sin comida ni agua. Esperó en Qatar otros seis difíciles días antes de llegar por fin a Estados Unidos.
Adyba recuerda: «[In Afghanistan], me costó muchos años y muchas luchas construir mi vida, pero me bastó un día para perderlo todo y volver a empezar de cero».
Tras unos meses de idas y venidas, Adyba aterrizó en Washington el pasado octubre.
La incertidumbre de no saber qué le ocurriría duró poco. Como todos los refugiados que entran en el distrito, Adyba se puso en contacto con el programa de salud para refugiados de Community of Hope para someterse a revisiones médicas, vacunarse y coordinar la atención.
Cuando Adyba se instaló en su nueva ciudad, encontró un médico «muy amable y muy comprensivo «, lo que significa mucho para alguien que ha dejado atrás su hogar, su familia y su familiaridad. Se conectó con la atención dental y, lo que es más importante, con un oído atento para apoyar su bienestar emocional.
Tras el trauma del desplazamiento, Adyba se puso rápidamente en contacto con un terapeuta de la Comunidad de la Esperanza para aprender a navegar simultáneamente por inmensos sentimientos de pérdida y renacimiento.
«Yo diría que en Community of Hope consideran a sus pacientes como su familia», dice Adyba.
Aunque adaptarse le llevó tiempo, Adyba considera que sus amigos y la Comunidad de la Esperanza son su red de apoyo mientras rehace su vida en Estados Unidos.
Recuerda el tiempo que pasó con su terapeuta y se asombra de su propio crecimiento. Adyba dice: «[At] mi primera visita, era una persona desesperanzada… Lloraba cuando le contaba mi historia y todo lo demás, pero esta semana he tenido otra sesión con ella. No puedo creer que vea tantos cambios en mí».
Adyba es resistente. Esta resistencia es algo que la Comunidad de la Esperanza ve todo el tiempo. Incluso cuando nuestros pacientes y clientes atraviesan circunstancias extremas -pérdida de su hogar, experiencias traumáticas, circunstancias vitales difíciles de sobrellevar- su esperanza prevalece. Estamos agradecidos de formar parte de sus historias.